Mostrando entradas con la etiqueta trastorno estrés postraumático. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta trastorno estrés postraumático. Mostrar todas las entradas

TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT)

el TEPT requiere un tratamiento psicológico que afecta a casi la totalidad de las esferas de la persona

Las cosas que más tememos
ya nos han ocurrido en la vida

Robin Williams



El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es la patología asociada a vivir una experiencia traumática por parte de una persona, de forma imprevista, sin posibilidad de prepararse para el suceso. El TEPT puede desarrollarlo tanto la persona inmersa en la situación traumática como aquellos que lo viven de cerca.

El Estrés Postraumático tiene unas características de ansiedad extrema, con sensación de revivir el momento (muchas veces con pesadillas), estado disociativo de la realidad, frecuentes sobresaltos, miedos diversos y depresión.

El tratamiento del TEPT consta de varias fases, y el objetivo es la superación del trauma.




QUÉ ES EL TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

Estrés Traumático:


Cuando el individuo ha experimentado, ha presenciado o se ha enterado de “acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás, y la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos.” y como resultado de ello experimenta además tres clases de síntomas: 

  • reexperimentación del hecho traumático 
  • evitación y de embotamiento psíquico 
  • hiperactivación (hyperarousal)
Se dice que sufre de un Trastorno por Estrés Post Traumático. Dichos síntomas pueden ser los siguientes:

1 Síntomas de Reexperimetación: estos pueden producirse de variadas maneras. Es de destacar que cada nueva reexperimentación del hecho traumático provoca en el individuo una réplica de la reacción de estrés original frente al trauma, provocando así una retraumatización. De esta manera, el trauma se autoperpetúa. El individuo queda fijado en el tiempo y es continuamente reexpuesto al hecho traumático.

2 Síntomas de Evitación: bajo esta categorización se han agrupado dos tipos de síntomas: 


· los de evitación en sentido estricto, que incluyen el esfuerzo por evitar pensamientos, sensaciones, personas, lugares, actividades, hechos etc. que recuerden el hecho traumático

· los de carácter disociativo o de embotamiento psíquico, tales como

a. incapacidad para recordar aspectos significativos del hecho traumático
b. reducción del interés o de la participación en actividades que le resultaban significativas
c. sensación de desapego o enajenación o extrañamiento
d. reducción significativa de la vida afectiva, con incapacidad de experimentar sentimientos positivos
e. sensación de futuro desolador y desesperanza

El individuo desarrolla esta serie de síntomas en un aparente intento de resguardarse de las emociones intolerables, o bien evitando directamente los recordatorios del trauma, o bien anestesiándose emocionalmente, ya sea por medio de mecanismos disociativos o síntomas de amnesia, ya sea por medio de consumo de sustancias, trastornos alimenticios, adicción al trabajo, etc.

3 Síntomas de Hiperactivación

· trastornos del sueño
· trastornos en la concentración
· irritación
· hipervigilancia
· respuesta de sobresalto exagerada

El paciente está siempre en guardia en otro intento de permanecer a salvo de la reexposición al hecho traumático. El paciente traumatizado nunca se siente a salvo, por lo que es imprescindible la construcción de una buena alianza terapéutica como para que el paciente llegue a confiar en el clínico.

Muchos de estos síntomas son a veces confundidos con otros trastornos, como el trastorno depresivo, de somatización, simulación, déficit de atención, personalidad borderline, antisocial, e incluso hasta con algún tipo de trastorno psicótico

Curso

El TEPT es de aparición brusca, pudiendo producirse dicha aparición hasta años después de producido el hecho traumático. El TEPT es un diagnóstico relativamente fácil de hacer cuando el paciente refiere la existencia del hecho traumático. En cambio, cuando los síntomas son de aparición tardía, en muchas oportunidades no es evidente para el paciente la vinculación entre la experiencia traumática y sus síntomas, por lo que el clínico debería investigar siempre la existencia de tales experiencias. La historia de traumas del paciente es un elemento importante en el diagnóstico diferencial y nunca debería ser omitida. A menudo, otro de los obstáculos que encuentra el clínico, es que frecuentemente el paciente evita hacer referencia al hecho traumático para evitar el sufrimiento.

Aproximadamente la mitad de los casos que presentan esta sintomatología, suele resolverse espontáneamente en el lapso de los tres primeros meses. El resto, requieren de atención psicoterapéutica para su resolución. Obvio es decir que cuanto más temprana la intervención, más rápida su resolución. Si la intervención se demora mucho tiempo, el paciente estructura su vida en torno de los síntomas, dañando las actividades sociales, interpersonales, laborales, etc. por lo que la recuperación es más lenta y dificultosa.

Según la literatura científica, hasta un 80% de pacientes diagnosticados con TPET tiene al menos un diagnóstico psiquiátrico más, incluyendo trastornos afectivos (26%-65%), de ansiedad (30-60%), alcoholismo o abuso de drogas (60-80%), o trastornos de personalidad (40-60%) (Friedman, 1996)

Predictores

Uno de los principales esfuerzos de investigación han sido puestos en poder determinar que factores predicen mejor la posibilidad de que alguien expuesto a un hecho traumático desarrolle de un TPET. Se ha hallado que dos son los predictores más precisos:

1. la historia previa de traumas del individuo: es así que quien ha sufrido otros traumas a lo largo de su vida, está más expuesto a desarrollar un TEPT

2. las reacciones disociativas durante e inmediatamente después del hecho traumático. Son aquellos individuos que reaccionan predominantemente con embotamiento emocional, o experimentando el hecho traumático como si le estuviera ocurriendo a otro, no sintiendo dolor, o percibiéndose a sí mismo como desde fuera de su cuerpo.

En el DSM-IV se introdujo un nuevo diagnóstico, el de Trastorno por Estrés Agudo, en que con criterios similares al del diagnóstico de TPET, se pone el acento en los síntomas disociativos (amnesia disociativa, despersonalización, desrealización, etc.)., de tal manera que quien, inmediatamente después de la exposición al hecho traumático desarrolla los síntomas de un Trastorno por Estrés Agudo, está en mayor riesgo de que esos síntomas se perpetúen bajo la forma de un TEPT

Con respecto a las características del hecho traumático tienen más posibilidades de desarrollar un TPET quienes estén expuestos a hechos traumáticos


1. infringidos por la mano del ser humano
2. por familiares directos o personas en las que se debía confiar
3. los que son repetidos y reiterativos
4. sufridos más tempranamente
5. por los que se ha recibido presión al silencio

en contraposición a

1. los de carácter natural
2. no intencionales
3. hechos únicos
4. sufridos a edad más avanzada
5. de los que se ha podido hablar libremente

que tienden a resolverse más benignamente

Trastorno de Ansiedad o de la Memoria


El TPET ha sido clasificado como un trastorno de ansiedad, junto a las fobias, al trastorno por pánico, el trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad generalizada, etc. Sin duda que comparte con todos ellos el denominador común de la ansiedad como síntoma predominante.

Por otro lado, también es conceptualizado como un trastorno de la memoria. Las investigaciones sobre la naturaleza de los recuerdos traumáticos, indican que el trauma interfiere en los procesos involucrados en la memoria explícita. Durante la exposición al hecho traumático, el área de Wernicke y Broca (aquella relacionada con la codificación de la experiencia en palabras) prácticamente colapsan, reduciendo su actividad notablemente, según lo revelan los estudios de diagnóstico por imágenes.

Simultáneamente, aumenta la actividad en el área del hipocampo, área esta que está relacionada con la memoria emocional. Por lo tanto, el hecho traumático queda archivado en la memoria Implícita, y sólo deficientemente en la memoria Explícita o Narrativa. Por esto el trauma es llamado también el terror sin palabras.

Todos los síntomas enumerados más arriba hasta cierto punto parecen contradictorios : quien sufre de un trastorno por estrés post traumático parece haber quedado congelado en el tiempo, fijado al hecho traumático y parece condenado a la dialéctica de, por un lado, revivirlo permanentemente (en un aparente intento de procesarlo o archivarlo) y por otro a evitarlo, olvidarlo, y/o anestesiar sus sentimientos y reacciones para evitar el sufrimiento. Pero dichos síntomas parecen tener una función adaptativa: por un lado, proteger al individuo de la exposición al hecho traumático, y por otro lado, un intento frustrado de integrar la memoria emocional con la memoria verbal.

La memoria Explícita no recuerda, sino que revive, fallando en reconocer que el hecho pertenece al pasado. Sólo la integración de los recuerdos en la memoria Narrativa, permite la desaparición de los síntomas.

CRITERIOS TEP DSM V

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO DSM-V


A. Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una (o más) de las formas siguientes:

1. Experiencia directa del suceso traumático.

2. Presencia directa del suceso ocurrido a otros.

3. Conocimiento de que el suceso traumático ha ocurrido a un familiar próximo o a un amigo íntimo. En los casos de amenaza o realidad de muerte de un familiar o amigo, el suceso ha de haber sido violento o accidental.

4. Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del suceso traumático (como socorristas que recogen restos humano, policías repetidamente expuestos a detalles del maltrato infantil).

Nota: El Criterio A4 no se aplica a la exposición a través de medios electrónicos, televisión, películas o fotografías, a menos que esta exposición esté relacionada con el trabajo.

B. Presencia de uno (o más) de los síntomas de intrusión siguientes asociados al suceso  traumático, que comienza después del suceso traumático:

1. Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del suceso traumático.

Nota: En los niños mayores de 6 años, se pueden producir juegos repetitivos en los que se expresen temas o aspectos del suceso.

2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o el afecto del sueño está relacionado con el suceso.

Nota: En los niños, pueden existir sueños aterradores sin contenido reconocible.

3. Reacciones disociatívas (como escenas retrospectivas) en las que el sujeto siente o actúa como si se repitiera el suceso. (Estas reacciones se pueden producir de forma continua, y la expresión más extrema es una pérdida completa de conciencia del entorno presente.)

Nota: En los niños, la representación específica del trauma puede tener lugar en el juego.

4. Malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse a factores internos o externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso.

5. Reacciones fisiológicas intensas a factores internos o externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso.

C. Evitación persistente de estímulos asociados al suceso traumático, que comienza tras el suceso, como se pone de manifiesto por una o las dos características siguientes:

1. Evitación o esfuerzos para evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso.

2. Evitación o esfuerzos para evitar recordatorios externos (personas, lugares, conversaciones, actividades, objetos, situaciones) que despiertan recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso.

D. Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso, que comienzan o empeoran después del suceso traumático, como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Incapacidad de recordar un aspecto importante del suceso (debido típicamente a amnesia disociativa y no a otros factores como una lesión cerebral, alcohol o drogas).

2. Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre uno mismo, los demás  o el mundo (como: "Estoy mal", "No puedo confiar en nadie", "El mundo es muy peligroso", "Tengo los nervios destrozados").

3. Percepción distorsionada persistente de la causa o las consecuencias del suceso que hace que el individuo se acuse a sí mismo o a los demás.

4. Estado emocional negativo persistente (como miedo, terror, enfado, culpa o vergüenza).

5. Disminución importante del interés o la participación en actividades significativas.

6. Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás.

7. Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (como felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).

E. Alteración importante de la alerta y reactividad asociada al suceso traumático, que comienza o empeora después del suceso,  como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provocación) que se expresan típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos.

2. Comportamiento imprudente o autodestructivo.
3. Hipervigilancia.

4. Respuesta de sobresalto exagerada.

5. Problemas de concentración.

6. Alteración del sueño (dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).

E La duración de la alteración (Criterios B, C, D y E) es superior a un mes.

G. La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

H. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (como medicamento, alcohol) o a otra afección médica.

Especificar si:

Con síntomas disociativos: Los síntomas cumplen los criterios para el trastorno de estrés pos-traumático y, además, en respuesta al factor de estrés, el individuo experimenta síntomas persistentes o recurrentes de una de las características siguientes:

1. Despersonalización: Experiencia persistente o recurrente de un sentimiento de desapego y como si uno mismo fuera un observador externo del propio proceso mental o corporal (como si se soñara, sentido de irrealidad de uno mismo o del propio cuerpo, o de que el tiempo pasa despacio).

2. Desrealización: Experiencia persistente o recurrente de irrealidad del entorno (el mundo alrededor del individuo se experimenta como irreal, como en un sueño, distante o distorsionado).

Nota: Para utilizar este subtipo, los síntomas disociativos no se han de poder atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (desvanecimiento, comportamiento durante la intoxicación alcohólica) u otra afección médica  (epilepsia parcial compleja).

Especificar si:

Con expresión retardada: Si la totalidad de los criterios diagnósticos no se cumplen hasta al menos seis meses después del acontecimiento (aunque el inicio y la expresión de algunos síntomas puedan ser inmediatos).






Fuente: Asociación Americana de Psiquiatría, Manual diagnóstico y estadístico de los tras-tornos mentales (DSM-5®), 5a Ed. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2014.













OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN EN TEPT

objetivos terapeuticos en TEPT: reaprender las señales como no amenazantes




REACCIONES PSICOLÓGICAS TRAS UNA CATÁSTROFE


Las reacciones que presenta una persona ante un desastre pueden ser clasificadas como patológicas o normales atendiendo a criterios como:



1. La intensidad de los síntomas


2. Momento de aparición 

3. Duración de los síntomas

Existen diversas reacciones que suelen darse de forma cronológica tras la ocurrencia de un acontecimiento excepcionalmente estresante, que supone la presencia de un cambio vital significativo en el individuo. 


LOS PRIMEROS MINUTOS TRAS LA CATÁSTROFE

La primera reacción ante una situación catastrófica es de tipo instintiva y obedece a un reflejo de orientación. Este reflejo tiene un carácter marcadamente preparatorio ante una situación nueva y considerada peligrosa, y supone los siguientes cambios

En el ámbito fisiológico:

- Cambios en los ritmos bioeléctricos de la corteza cerebral

- Cambios en la actividad del sistema nervioso autónomo

- Cambios de tono en la musculatura esquelética

En el ámbito conductual:

- Cambio en el sistema perceptual de los sentidos (modificación de la forma de captar información del medio)

- Disminución de los umbrales sensoriales aumentando la capacidad de percibir estímulos

- Acciones e inhibiciones motoras, movimiento del cuerpo


DE LOS PRIMEROS MINUTOS A UNA SEMANA DESPUÉS


Los síntomas más comunes que aparecen en los afectados durante las tres primeras horas son:

Embotamiento afectivo: incapacita al sujeto para expresar y captar sentimientos de intimidad y ternura, lo que puede llevar a otras personas a pensar que la víctima no se ha visto afectada

Estrechamiento de la atención: Supone una respuesta al estrés. Puede llegar a producirse visión en túnel, ya que se abandona la atención periférica a favor de la central. Debido a ello, a la víctima de una catástrofe, no se le pueden dar instrucciones o consejos muy elaborados ya que pierden el hilo argumental

Reducción del campo de conciencia: el sujeto sólo es consciente de aquello a lo que presta atención, puede llegar a no ser consciente de sus propios actos (por ejemplo, el fenómeno de deambulación sin rumbo fijo)

Incapacidad para asimilar estímulos: su propio estado de distracción le impide captar estímulos simples

Desorientación: el sujeto no sabe qué ha ocurrido ni cómo ha llegado a donde está. Se siente perdido y confuso

Agitación: Realización de modo rápido y sin objetivo determinado gestos, conductas y movimientos. Suele acompañarse de ánimo ansioso o colérico, y en ocasiones aparece inhibición verbal. En este estado puede suceder un mayor grado de alejamiento de la realidad, de negación de ésta e incluso puede sufrir un estupor disociativo, con una disminución profunda o ausencia de motilidad voluntaria y respuesta a estímulos externos. En estos casos es recomendable ayudar a la persona sujetándole las manos fuertemente y hablándole hasta que se tranquilice, mediante una estimulación intensa y repetida.

Crisis de pánico: con taquicardia, sudoración excesiva y rubor. 

Reacción de Estrés Agudo: es el trastorno psicológico transitorio más grave presente en las víctimas de una catástrofe. Sus características son:

- Aparecen estados de depresión, ansiedad, ira, desesperación, hiperactividad o aislamiento, que no suelen durar mucho tiempo

- Tienen una resolución rápida, con síntomas mínimos al cabo de unos tres días

DESDE LA PRIMERA SEMANA HASTA LOS SEIS MESES POSTERIORES

Surgen los primeros intentos de la persona para rehacer su vida y asumir las consecuencias de la catástrofe. Se producirá la diferenciación entre las personas con capacidad de afrontamiento y las que no son capaces. Comienzan a aparecer los síntomas indicadores de psicopatologías más graves y duraderas.

En algunos casos aparecerá el Trastorno por Estrés Postraumático, para la que tendrán predisposición individuos con las siguientes características:

Tendencias compulsivas: definido como deseo o impulso imperioso por efectuar una conducta

Sujetos asténicos: la astenia es la falta de fuerza. Puede influenciar en el sentimiento de bienestar general, en el funcionamiento cotidiano o en las relaciones con familiares y amigos

Personas que tienen antecedentes de enfermedades neuróticas



VUELTA A LA NORMALIDAD TRAS UNA EXPERIENCIA TRAUMÁTICA


Tras sufrir una experiencia traumática, como un accidente o catástrofe, pasa un tiempo hasta que la persona es capaz de empezar a reorganizar su vida. Hay muchos factores que pueden favorecer o entorpecer la readaptación del sujeto, entre ellas se encuentran:

Sus estrategias de afrontamiento: el afrontamiento es el esfuerzo cognitivo y conductual que realiza el sujeto para hacer frente a una situación estresante. Hay formas de afrontamiento que son útiles, mientras que otras pueden contribuir al mantenimiento de la situación dolorosa

El grado de confrontación: cantidad y calidad de acciones dirigidas a la superación de la situación

El distanciamiento producido: si se ha esforzado o no en olvidar el problema
Autocontrol real y percibido

Búsqueda efectiva de apoyo social


Aceptación de la responsabilidad

Escape o evitación de la situación estresante

Planificación de la solución de problemas


Existencia de una mínima evaluación positiva de lo vivido: experimentar que se ha sido capaz de superar una prueba durísima

Esquemas cognitivos: si el sujeto tiene un esquema cognitivo depresógeno, tendrá almacenadas actitudes disfuncionales, lo que le hace más vulnerable a padecer una depresión por la activación de formas de pensamiento que incluyen los errores cognitivos. Estas distorsiones en el juicio son inconsistentes con la realidad, pero tienden a mantener una actitud negativa y de desesperanza respecto al futuro.

Estilo atribucional:
si se tiende a considerar los sucesos negativos como internos (culpabilización), estables (no modificacables) y globales (alcanzando a todas las áreas de la vida).

De las circunstancias personales que le tocó vivir en la tragedia


Hay que destacar que los niños que han sufrido una experiencia traumática, pueden sufrir fenómenos regresivos: enuresis nocturna, lenguaje más infantil, chuparse el dedo, tener rabietas, etc.

TRATAMIENTO DE LAS PESADILLAS EN EL TRAUMA

La psicoterapia cognitivo-conductual es el tratamiento de elección en el tratamiento de las pesadillas originadas por una situación traumática.


El enfoque conductual sugiere que los síntomas del TEPT surgen tanto del aprendizaje del miedo durante el trauma, a través del condicionamiento clásico, como del mantenimiento del aprendizaje de evitación de las situaciones-estímulo, condicionadas a través del condicionamiento instrumental.

En condiciones normales, las situaciones vividas en la vigilia son interpretadas de acuerdo con los esquemas cognitivos de cada persona, pero cuando el individuo se enfrenta a una situación traumática, como un evento amenazante para la vida o el bienestar de sí mismo o de otra persona, no se logra integrar la experiencia de una forma adecuada, ya que no existen esquemas cognitivos para dicho suceso.



Los procesos de exposición consisten en enfrentar al paciente con información asociada al trauma, con el fin de activar así la memoria traumática y exponer al paciente a sus recuerdos durante un período suficiente para que se habitúe y maneje la ansiedad, pero también para que pueda integrar nueva información correctiva (por ejemplo, que el reexperimentar la pesadilla no significa que el evento vaya volver a ocurrir o que esté ocurriendo en ese momento y que, por lo tanto, deje de percibirlo como una amenaza).



En un comienzo, la presentación de la pesadilla produce un rápido incremento de la ansiedad, para luego estabilizarse y luego de algunos minutos comenzar a descender gradualmente. La ansiedad inicial disminuye con el paso de las sesiones de exposición. Se considera que este tipo de psicoterapia es efectiva, porque:


• La exposición rompe la asociación entre el estímulo y la respuesta emocional condicionada, lo que promueve la extinción de la respuesta por habituación.

• El proceso de confrontar deliberadamente lo temido bloquea el refuerzo negativo conectado al miedo, con anulación cognoscitiva de los pensamientos y sentimientos asociados al trauma.

• El revivir la pesadilla en sesiones terapéuticas da seguridad al paciente, pues la información enviada esta vez será que el sueño displacentero no es peligroso (información correctiva).

• Va relegando el sentido de incompetencia personal y brinda al paciente la sensación de dominio y valor.

Las técnicas de exposición que se han utilizado en el tratamiento de las pesadillas en el TEPT y que han mostrado mejores resultados son: 


- exposición prolongada /inundación (implosión)

- desensibilización sistemática 

- desensibilización con movimientos oculares rápidos

Difieren básicamente en la intensidad de la exposición: la primera utiliza la exposición masiva con afrontamiento en la imaginación de la totalidad de las escenas de las pesadillas, y las dos últimas, la exposición gradual, que pasa de las escenas que producen menor ansiedad a las de mayor intensidad.


EXPOSICIÓN PROLONGADA


La terapia de exposición prolongada es una técnica psicoterapéutica basada en la evidencia y avalada por la comunidad científica por su eficacia en el tratamiento del TEPT

La exposición prolongada a los recuerdos traumáticos conduce a una reducción de los síntomas, porque el individuo aprende que los estímulos que le recuerdan el trauma no le causan daño, que recordar el trauma no implica revivir la amenaza, que se puede habituar a la ansiedad mientras permanece próximo a los recuerdos temidos, pues esta no será permanente y que la experiencia de ansiedad no concluye en la pérdida de control que tanto se teme 

De esta manera, la exposición da lugar a la mejoría, a causa de dos procesos distintos: por la habituación de la ansiedad y por el aprendizaje de que la exposición no conduce al sujeto a la amenaza. 

Cuando la exposición se realiza sobre la pesadilla más temida y se potencia la aparición inicial de sentimientos de ansiedad muy fuertes, se está empleando la modalidad de exposición, que se conoce como implosión o inundación. Utiliza el afrontamiento masivo de las escenas, hasta que la ansiedad se reduce de manera natural por el proceso de habituación. La terapia de exposición puede usarse en personas de todas las edades que hayan experimentado eventos traumáticos diversos, como asalto, robo, violación, combates, etc. Se debe realizar en un ambiente psicoterapéutico seguro. 

La persona debe estar en capacidad de recordar los detalles de los sueños traumáticos y ser capaz de tolerar la ansiedad el recuerdo de las pesadillas 

DESENSIBILIZACIÓN SISTEMÁTICA


Inicialmente denominada inhibición recíproca, esta técnica está basada en el hecho de que al presentar al paciente un estímulo ansiogénico de forma gradual —en nuestro caso la pesadilla— y asociarlo a otro estímulo incompatible, como es la relajación, la respuesta condicionada (ansiedad) se inhibe paulatinamente. 

Las escenas de los sueños son jerarquizadas desde las que producen menor a mayor malestar, y se trabaja gradualmente con cada una de ellas, alternándolas con relajación.

DESENSIBILIZACION Y REPROCESAMIENTO POR MOVIMIENTOS OCULARES: ESTIMULACIÓN SENSORIAL BILATERAL


El método combina elementos teóricos, derivados de la teoría del apego, del afecto, de los aspectos neurofisiológicos del procesamiento de la información, e integra elementos de varias escuelas psicoterapéuticas, como son la cognitiva, la conductual, la sistémica, la psicodinámica, la gestalt, la programación neurolingüística, entre otras.

En términos generales, la DRMO busca que la información congelada que queda en el cerebro después de un trauma y que se revive de diferentes formas, una y otra vez en el TEPT, sea procesada e integrada adaptativamente en el presente de una forma consciente.

Cuando una persona se expone a un evento traumático, la información que el cerebro recibe no se procesa de igual forma a como se hace con los eventos cotidianos. Debido a la sobrecarga de información y a lo inesperado del suceso, este queda almacenado tal como se experimentó, sin contexto de tiempo y espacio (en la mente del paciente ocurre de forma vívida y exacta una y otra vez).

La DRMO funciona al estimular bilateralmente el cerebro mediante movimientos oculares sacádicos sincrónicos, ya que normaliza las ondas cerebrales en ambas cortezas y resincroniza la actividad de ambos hemisferios. Si la estimulación se realiza en presencia del recuerdo consciente del evento traumático, es posible el reprocesamiento de la información de este último.

La estimulación bilateral puede realizarse con el movimiento de los ojos, escuchando sonidos por ambos oídos o por el golpeteo bilateral de los dedos de la mano (tapping), lo que facilita la activación del cerebro mediante la liberación de acetilcolina y el flujo de nueva información al hipocampo y al cerebro anterior, lo que da como resultado el procesamiento adecuado del recuerdo.


LA FATIGA POR COMPASIÓN EN PERSONAL DE ASISTENCIA EN CATÁSTROFES



la fatiga por compasion produce un cuadro de estres postraumático

La fatiga por compasión o desgaste por empatía, es un cuadro psicopatológico que afecta a voluntarios y profesionales del rescate tras el trabajo continuado con personas afectadas por una catástrofe. En algunos casos, si no es tratado, puede generar un Trastorno de Estrés Postraumático.



Los profesionales más vulnerables a desarrollar este cuadro son psicólogos, enfermeros, bomberos, policías, médicos, voluntarios, etc.

El proceso de aparición de la fatiga por compasión consiste en una sensación de cansancio físico contra una baja capacidad de tolerar los errores de otros colaboradores en el auxilio de víctimas, con sensación de irritabilidad. Estas personas absorben la historia de sus clientes, se identifican con sus vivencias, encuentran la huella de la muerte y terminan desarrollando algunos de los síntomas de las personas a las que ha ayudado.
Muchos extrapolan la situación a sus propias familias, cuestionándose cómo hubieran reaccionado ellos ante esta situación. Esto produce un apego incorrecto y afecta a la calidad de la asistencia que está ofreciendo.

Los síntomas de la Fatiga por Compasión son:

- Identificación con la víctima

- Dificultades de separación


- Repetir los sueños y síntomas de las víctimas, como un paso más en el proceso de identificación con la persona a la que está ayudando

- Luchar por la víctima más allá de su deber, inmiscuyendo a otros profesionales o familiares que no tienen que ver con el tema o tratándole más como a un amigo que como a un paciente


- Realización de pequeñas tareas para la víctima

- Visitas a domicilio más allá de las establecidas en la relación profesional


- Llamadas telefónicas para comprobar su estado

- Dolores y quejas de tipo muscular, de cabeza, trastornos del sueño, de alimentación, dificultades de concentr
ación, irritabilidad, sentimientos de culpa